20/07/2020
Lo afirmó la conocida consultora Wood Mackenzie, que prevé una disminución de la oferta a causa del congelamiento tarifario.
La extensión del congelamiento tarifario podría disparar las importaciones de gas natural licuado (GNL) hasta los 3.000 millones de dólares en 2022, así lo afirmó la consultora energética Wood Mackenzie en un documento.
Según la consultora, el ENARGAS no revisó las tarifas de transporte y distribución, mientras que para el gas a usuarios está utilizando un tipo de cambio de $42, es decir, casi la mitad del dólar
oficial y un tercio del blue.
“La nueva administración está introduciendo una intervención para limitar los precios del gas y apuntalar la economía. Pero como nos ha demostrado la historia, habrá una respuesta de disminución de la oferta”, señaló el analista principal en gas para América Latina, Mauro Chávez, a La Política Online.
Al igual que en el ciclo que empezó con la caída de la Convertibilidad, dice Chávez que la regulación de precios no resultará rentable para los productores y la inversión inicial se estancará, haciendo que disminuya la oferta.
El agravante en relación con dicho período es la mayor dependencia hacia el shale gas, el cual tiene la característica de presentar caídas bruscas en sus curvas de producción mucho más rápido que el convencional.
“A diferencia de lo que sucedía antes, actualmente el 40% de la producción proviene de campos no convencionales, que están en fuerte declive. Esto indica que la escasez de suministros será abrupta y rápida. Por lo tanto, es probable que el próximo año el país necesite otra terminal de gas licuado y que las importaciones aumenten a USD 3000 millones en 2022”, subraya.
Se trataría de la cifra más alta desde el pico de importaciones del 2013/2014, cuando la producción comenzó a incrementarse de la mano de una caída en los precios internacionales que disminuyó los pagos al exterior.
Según trascendió, el gobierno pretende lanzar un Plan Gas 4 para evitar este efecto, que muchos temen que podría darse incluso en 2021. La iniciativa pagaría un precio de 3,5 dólares el millón de BTU -un dólar por encima al precio de mercado actual- para dar incentivos a la inversión.
No obstante, Wood Mackenzie sostiene que hay “otros precios de mercado y los mecanismos de contratación que podrían ser más eficientes y proporcionar la supervisión que el mercado argentino de gas necesita”.